SALVADOR ALVARADO Y LA REVOLUCIÓN EN YUCATÁN

Mendoza Medina, Ramón, La influencia de Salvador Alvarado en la Constitución de 1917. 20 cms de largo por 13.5 de ancho. Mérida, Yucaámn. 33pp  Folleto. Este ensayo fue leído en el Salón de actos de la Casa del Pueblo de Mérida. por su autor, el 16 de marzo  de 1965. Es parte de una serie de conferencias para conmemorar los 50 años de la entrada del General Alvarado al poder, como Gabernador  y Comandane Militar del Estado nombrado así por el Jefe del Ejército Constitucionalista, Venustiano Carranza.


Y se publica  en 5 de febrero, en el cincuentenario de la Constitución de 1917.
El autor señala que Alvarado ha sido ignorado y casi olvidado en Yucatán.  Un immerecido  silencio con el deso para opacar su obra, que fue extraordinaria tanto social como política. Fue reformador de Yucatán. Implantó un orden humanista y Mendoza recuerda que el gran revolucionario dijo en Motul:
"A mí no me importa  que se enoje la alta sociedad por los actos que he llevado a cabo ni que los reaccionarios digan que estoy loco. Encadenados por los prejuicios no podrán entender a dónde van los hombres honrados y de ideales."
Sus enemigos argumedistas lo calumniaron y difamaron llamándolo inhumano y cruel hasta lo inconcebible. Todo mientras huían entre las sombras de la noche, cobardemente, lllevándose el oro de los bancos y tesorerías.
Muchos se fueron a la Habana.
Ese odio aún lo mantienen.  Decía:  La vida no se restaura como productos industriales sino que se renueva o perece.
Se refier a un gran monumento que estaba en el Paseo Montejo y que ya no se encuentra ahí. Se refier el autor al hecho que saneó la economía yucateca al reorganizar la Comisión Reguladora del Mercado de Henequén.
Por último, el autor se refiere a Mi Sueño la obra literaria del general en que ve a Yucatán convertido en un emporio con floreciente agriculrura, formidables inudstrias, FERROCARRILES QUE COMUNICABAN TODA LA REGIÓN DEL SURESTE DE LA REPÚBLICA,  desde Santa Lucrecia en el Pacífico hasta Puerto Morelos en el Caribe, con refinerías de petróleo, puertos abrigados, turismo interminable.
No menciona el autor estos otros grandes logros:
    Promulgó  leyes de gran contenido social que fueron precursoras de la Constitución de 1917, entre las más importantes fueron las denominadas "Cinco hermanas": La ley Agraria, la de Hacienda, del Trabajo, del Catastro y la Ley Orgánica de los municipios del Estado.
    Estableció la Casa del Obrero Mundial para servir de apoyo a los trabajadores yucatecos.
    Impulsó y financió el Primer Congreso Feminista de Yucatán. Hizo lo mismo con el Primer Congreso Educativo de Yucatán, que presidió Rodolfo Menéndez de la Peña
    Fundó, entre otras, las escuelas de Agricultura, de Artes y de oficios, de Bellas Artes y la de Libre Derecho Estatal.
    Expidió una importante ley de repartición de tierras y de protección a los Obreros.
    Declaró a Yucatán el primer estado seco de la República, buscando acabar el alcoholismo entre los indígenas.
    Dictó una ley para que los estudiantes se iniciaran en las prácticas democráticas al elegir a sus dirigentes.
    Combatió la prostitución y a sus principales explotadores.
LOS VOCEROS DEL ALVARADISMO EN YUCATÁN
El 27 de abril de 1915 inició el proceso de reclutamiento de propagandistas revolucionarios, personajes a quienes el gobierno dejó la misión oficial de llevar las buenas nuevas revolucionarias a todo ciudadano yucateco. No obstante, la existencia de un cuerpo propagandista ex profeso, se esperaba que todo funcionario público fuera vivo ejemplo del cambio; Sánchez Novelo nos lo explica en los siguientes términos:
    Durante toda su  gestión, Alvarado se esforzó sistemáticamente porque todos los servidores públicos, independientemente de su jerarquía o especialización, se comportaran en forma intachable, pues creía que la congruencia entre el decir y el hacer podría convencer más fácilmente a los que dudaban de las bondades de la Revolución Constitucionalista.
En este sentido, todos ellos debían evidenciar, en la forma más clara posible, que eran diferentes a los burócratas de la dictadura, caracterizados por su incompetencia, corrupción y maltrato al ciudadano. pero lo más trascendente de su obra es el amor a la cultura, al libro y a las bibliotecas:
ALVARADO     Y  LA   EDUCACIÓN                                             
El   general  Alvarado,  espíritu  superior  y  hombre  que   concebía  la  democracia  no  en  un  crucero  lleno  de  las  más  espesas  tinieblas,  sino  en  encrespadas  tormentas,  creyó   encontrar   en  este  medio  una  forma   excelente.   "En  la  capital  de  la  república,  en  la  Escuela   Nacional  de  Maestros  se  implantó   (funcionaba  aún  en  1925);  pero  mi   cercanía   a  esta  institución  no  me  permite  mirar  en  este  ensayo  sino  una  buena   y  generosa  intención.   Algunos  jóvenes   "jugaban"    a  la   presidencia   y   no   entendieron   el   papel   de  la   "república   escolar",  ni  su  alta  misión   para   derivar   el   gobierno  propio  del  individuo   y   el  acrecentamiento   de   los   valores  morales  y  cívicos  que  dan  a  una  comunidad  su  solidez  y  permiten  la  concurrencia  de  voluntades   para   el  fin   superior  del  Estado. 
En   Yucatán   se  celebraron   dos   Congresos   Feministas   y   se   introdujeron  las  reformas   legales.   Deben  abrirse  las  puertas  de  la  escuela  a  la  mujer  y  hacer  que  la  instrucción   (educación)  sea  obligatoria.  También   para   la  mujer  deben  erigirse  las  escuelas  vocacionales  y  de  economía  doméstica.   Que  se  le  den  las  armas  para  su  digna  liberación. 
Cuando   leo   los   renglones   de   Ramón   Mendoza   en   que   sostiene   que   la   instrucción   pública   fue   una   de   las   grandes   preocupaciones  del  general  Alvarado,  simplemente  pienso  que  hace  justicia  al  hombre  que  revolucionó   la  vida  política   en   aquella  entidad.No   era   posible   resolver   el  problema  sin  conocerlo  y,  añadimos,  no  sin  tener  la  preparación   y   visión   necesarias. Apoyaba  la  conquista  de  la  cultura  en  la   "selección   del   personal  escolar  que  siempre  fue  obra  de  compadrazgos,   recomendaciones   o  influencias...",  lo  que  también  fue  verdad  en  el   régimen   de   Porfiro Díaz. 
EN    UNA  ENTREVISTA,    tras   la   crítica  que  hizo  respecto  de  las  grandes  construcciones,  a  las  que  se  daba  preferencia,  se  expresó  así:  "Por  lo  que  a  mí  toca  y  ya  en  mis  soledades  de  olvidado  e  ignorado  obrero,  ya  en  los  recios  combates   de  la  vida  o  de  la  política  armada,  siempre   he  dejado   trecho  amable  y  risueño  para  dar  rienda  suelta  a  mis  proyectos   sobre  educación  pública,  y,  por  hoy  que   se   presen-ta    la   oportunidad,   quiero   desarrollarlos    tan    ampliamente    como  fuera  posible..."    Y  cumplió   su  palabra,  porque   tenía   empeño  y  amor  por  la  cultura.  Estudia  sociológicamente  otras  agencias  educativas:   bibliotecas  surtidas  de  libros  nuevos y joyas bibliográficas para investigadores de la historia,     en que se expklayaran en  las  ideas   y  llenos  de   ciencia.    "Recuerdo  que  un  día, entré  en  la  ciudad  de  Tuxtla   Gutiérrez,  del  Estado  de  Chiapas,  y  escandalicé  a  los  oyentes  porque  dije  que  si  yo  pudiera,  le  pegaría  fuego  a  aquella  fuente   de   veneno,   donde   los   concurrentes   iban   a   adquirir   las  más  absurdas   y  rutinarias   ideas."   Quería   el   general   Alvarado   bibliotecas   vivas,   y    algunas    circulantes. De   la  Prensa  tiene  buen  concepto  por  ser  "palanca   poderosa"   en   la   difusión    de   las   ideas.    Contribuye  al      bienestar      colectivo. Nuestra  prensa   refleja   la  vida  que  vivimos.   Debe   ejercitar  una  crítica  constructiva.   Es  indispensable  que  se  instituya  cuanto  antes  una   ESCUELA   PARA   PERIODISTAS.   La   prensa  independiente  y  honrada  hace  bien  al  pueblo.  El    teatro   y   el   cinematógrafo    son   otras   tantas    agencias    educativas   descuidadas   en  nuestro   medio.  La   verdad   de   entonces,  sigue  siendo  aún  verdad   de  estos  tiempos.   No   pocas,   agencias    de   corrupción,     como  él   decía.   Y   aquí  el  revolucionario  no  hablaba   sino  con  la   verdad   que  mide  los  acontecimientos   cotidianos   y  que   está   pensando  que  la  niñez   y  la  mocedad   deben   construir  la   pirámide   social  de  México.   Hoy  día  en  México  parece  que   se  ha   confundido  lo  inmoral  con  lo  artístico,  y  asistimos  al  espectáculo  de  la  taberna,  de  las  casas  de  mala  ley,  como  si  se  tratara   de   las  cosas  más   inocentes,   o  como   sí  el  pudridero   no   tuviera   lodo  o  no  perturbara  la  conciencia.  Tiene   para   la mujer   la  mejor  opinión:
Este cuerpo oficial de propagandistas actuó bajo las directrices que el ejecutivo del Estado le marcó, tan es así que a finales de 1915 se publicó una Cartilla revolucionaria para los agentes de propaganda, que fue un llamado a todo servidor público para hacer llegar a todo el pueblo el mensaje de la Revolución en palabras y actos.
En la primera plana del Diario Oficial del jueves 29 de abril de 1915 se insertó un pequeño aviso titulado “Para que todos los ciudadanos hasta los más humildes, aprecien los ideales de la Revolución Constitucionalista”, que a la letra decía:
    El C. Gobernador y Comandante Militar del Estado, Gral. Don Salvador Alvarado, acaba de nombrar a varios ciudadanos, propagandistas de los ideales de la Revolución Constitucionalista en los diversos Partidos del Estado, habiéndoles dispuesto se sujeten a las instrucciones que inmediatamente se transcriben. Los referidos agentes de propaganda partirán mañana mismo al inicio de su labor, y llevan consigo suficiente número de impresos (circulares, decretos, etc., etc.) para la mejor efectividad del propósito que se persigue (“Para que todos los ciudadanos…” 1915, 1067).
Los reclutados fueron: Santiago Pacheco Cruz,3 Francisco Javier Balam, Martiniano Concha, Gerardo Espadas M., Filemón Gómez E., Arturo Guzmán, Aurelio Briceño, José I. Tec, Abelardo de la Guerra, Luis A. Sánchez E., Agapito Ortiz S., Tomás C. Ayuso, Dionisio Pereyra, Andrés A. Cardós, Leandro Pérez, Tomás Alpuche S., y Gordiano Ortiz. Después se agregaron como propagandistas obreros Carlos Loveira,4Hermila Galindo,Carmen Arjona de Solís, Carmen Ortiz viuda de Graniel, Alberto Polanco y Salvador Márquez, como propagandistas agrarios actuaron Felipe Carrillo Puerto,Rafael Gamboa,Felipe Salazar y Felipe Valencia López.
Este conjunto de hombres y mujeres fungieron desde la oficialidad como los emisarios de la Revolución; su acción estuvo guiada por las instrucciones publicadas en el Diario Oficial (Alvarado, 1915b, 1067): procurar pláticas con los grupos de obreros de los pueblos y peones de las fincas del campo, visitar primero la cabecera del partido correspondiente y cada pueblo, hacienda, ranchería o paraje que lo componga, explicar en cada lugar de manera perfecta las tendencias y beneficios de la Revolución y tomar registro minucioso de cada lugar visitado.
Thomas Benjamin señala que para que la Revolución pudiera tener un discurso memorístico constante, echó mano de los voceros que, como los propagandistas de Alvarado, eran parte de las filas burocráticas del sistema revolucionario, pero a diferencia de la mayoría de los propagandistas oficiales de Yucatán eran un selecto grupo de intelectuales. Para Benjamin fueron estos voceros los encargados de inventar y construir la historia revolucionaria con base en discursos, manifiestos y toda clase de escritos de clara intención política. La temprana narración revolucionaria fungía como catalizador de un nuevo sentimiento patrio, de la homogenización del recuerdo y la creación de un camino a una nueva historia dictada y escrita por los revolucionarios mexicanos.
Siguiendo la propuesta de Benjamin podemos tener la certeza de que en Yucatán existió un grupo de intelectuales cercanos al alvaradismo que no fueron necesariamente comisionados a labores de propaganda, pero que a través de la literatura fueron también voz de la Revolución. Fueron, junto a los discursos del propio gobernador y de los propagandistas, los encargados de dar nueva forma a la historia de Yucatán anterior a 1915 y construir el discurso memorístico e histórico posterior a esa fecha, solo que a diferencia de lo que señala Benjamin, que circunscribe la labor de los voceros al periodo 1910-1928, aquí se considera que su labor se desarrolla en un periodo que abarca buena parte del siglo xx, es decir, es un discurso de largo aliento y tiempo.
LOS VOCEROS DEL ALVARADISMO EN YUCATÁN
El 27 de abril de 1915 inició el proceso de reclutamiento de propagandistas revolucionarios, personajes a quienes el gobierno dejó la misión oficial de llevar las buenas nuevas revolucionarias a todo ciudadano yucateco. No obstante, la existencia de un cuerpo propagandista ex profeso se esperaba que todo funcionario público fuera vivo ejemplo del cambio; Sánchez Novelo nos lo explica en los siguientes términos:
    Durante toda su gestión, Alvarado se esforzó sistemáticamente porque todos los servidores públicos, independientemente de su jerarquía o especialización, se comportaran en forma intachable, pues creía que la congruencia entre el decir y el hacer podría convencer más fácilmente a los que dudaban de las bondades de la Revolución Constitucionalista. En este sentido, todos ellos debían evidenciar, en la forma más clara posible, que eran diferentes a los burócratas de la dictadura, caracterizados por su incompetencia, corrupción y maltrato al ciudadano.
Este cuerpo oficial de propagandistas actuó bajo las directrices que el ejecutivo del Estado le marcó, tan es así que a finales de 1915 se publicó una Cartilla revolucionaria para los agentes de propaganda, que fue un llamado a todo servidor público para hacer llegar a todo el pueblo el mensaje de la Revolución en palabras y actos.
En la primera plana del Diario Oficial del jueves 29 de abril de 1915 se insertó un pequeño aviso titulado “Para que todos los ciudadanos hasta los más humildes, aprecien los ideales de la Revolución Constitucionalista”, que a la letra decía:
    El C. Gobernador y Comandante Militar del Estado, Gral. Don Salvador Alvarado, acaba de nombrar a varios ciudadanos, propagandistas de los ideales de la Revolución Constitucionalista en los diversos Partidos del Estado, habiéndoles dispuesto se sujeten a las instrucciones que inmediatamente se transcriben. Los referidos agentes de propaganda partirán mañana mismo al inicio de su labor, y llevan consigo suficiente número de impresos (circulares, decretos, etc., etc.) para la mejor efectividad del propósito que se persigue (“Para que todos los ciudadanos…” 1915, 1067).
Los reclutados fueron: Santiago Pacheco Cruz,3 Francisco Javier Balam, Martiniano Concha, Gerardo Espadas M., Filemón Gómez E., Arturo Guzmán, Aurelio Briceño, José I. Tec, Abelardo de la Guerra, Luis A. Sánchez E., Agapito Ortiz S., Tomás C. Ayuso, Dionisio Pereyra, Andrés A. Cardós, Leandro Pérez, Tomás Alpuche S., y Gordiano Ortiz. Después se agregaron como propagandistas obreros Carlos Loveira,4 Hermila Galindo,5 Carmen Arjona de Solís, Carmen Ortiz viuda de Graniel, Alberto Polanco y Salvador Márquez, como propagandistas agrarios actuaron Felipe Carrillo Puerto,6 Rafael Gamboa,7 Felipe Salazar y Felipe Valencia López.
Este conjunto de hombres y mujeres fungieron desde la oficialidad como los emisarios de la Revolución; su acción estuvo guiada por las instrucciones publicadas en el Diario Oficial: procurar pláticas con los grupos de obreros de los pueblos y peones de las fincas del campo, visitar primero la cabecera del partido correspondiente y cada pueblo, hacienda, ranchería o paraje que lo componga, explicar en cada lugar de manera perfecta las tendencias y beneficios de la Revolución y tomar registro minucioso de cada lugar visitado.

Thomas Benjamin señala que para que la Revolución pudiera tener un discurso memorístico constante, echó mano de los voceros que, como los propagandistas de Alvarado, eran parte de las filas burocráticas del sistema revolucionario, pero a diferencia de la mayoría de los propagandistas oficiales de Yucatán eran un selecto grupo de intelectuales. Para Benjamin fueron estos voceros los encargados de inventar y construir la historia revolucionaria con base en discursos, manifiestos y toda clase de escritos de clara intención política (2000; 2003, 59).9 La temprana narración revolucionaria fungía como catalizador de un nuevo sentimiento patrio, de la homogenización del recuerdo y la creación de un camino a una nueva historia dictada y escrita por los revolucionarios mexicanos.

Siguiendo la propuesta de Benjamin podemos tener la certeza de que en Yucatán existió un grupo de intelectuales cercanos al alvaradismo que no fueron necesariamente comisionados a labores de propaganda, pero que a través de la literatura fueron también voz de la Revolución. Fueron, junto a los discursos del propio gobernador y de los propagandistas, los encargados de dar nueva forma a la historia de Yucatán anterior a 1915 y construir el discurso memorístico e histórico posterior a esa fecha, solo que a diferencia de lo que señala Benjamin, que circunscribe la labor de los voceros al periodo 1910-1928, aquí se considera que su labor se desarrolla en un periodo que abarca buena parte del siglo xx, es decir, es un discurso de largo aliento y tiempo.

Comentarios

Entradas populares de este blog

LOS AVATARES DE LA BIBLIOTECA DE JORGE DENEGRE VAUGHT PEÑA

Yo Lívingston: Hemerografía, bibliografía e iconografía. Este soy

El gobierno Yucateco es invasor de edificios públicos de la Federación